Último tren a Once

Tango - 2006

Letra: Silvio Cattaneo
Música: Silvio Cattaneo

7 A.M. Morón City, bajo del bondi y camino
hasta el andén que es testigo de nuestro encuentro carnal,
de esta hazaña cotidiana de embarcarme en tu destino
y aunque estudio y no me eximo de tu examen matinal.
Rara vez llegás temprano, nunca cumplís el horario
sino te hacés el otario y plantado me dejás.
Vendrás cargado de historias que se palpan, que se huelen,
y sabrás que no me duele ser de cien mil, uno más.

¡Sarmiento! Aunque me lleves colgado
soy tu eterno enamorado, te juro fidelidad.
¡Sarmiento! Si me llevas apretado,
comprimido, chacinado, no importa, te quiero igual.
¡Sarmiento! Qué me vienen con tren bala
si tu odisea no iguala y encima no va a Morón.
¡Dale nomás! Ferro convoy,
implacable fogonero, donde vas, yo voy.

Tus baños son un compendio de barandas pestilentes,
copetines deprimentes sirven un tinto letal.
Engañosas tus barreras, siempre rotos tus asientos
y vagones bien mugrientos donde el CEAMSE es sucursal.
Estudiantes, laburantes, vendedores ambulantes,
chanchos, canas y atorrantes forman tu fauna local,
junto a pungas y diarieros, ciegos, cojos, pistoleros,
trogloditas y mangueros que nunca van a faltar.

¡Sarmiento! Ágil, veloz y ligero
unís Once con Moreno, elegante y eficaz.
¡Sarmiento! Tu imagen es fiel reflejo
de trabajo, de progreso, cultura y modernidad.
¡Sarmiento! Qué me importa lo que dicen,
por más que te privaticen, nunca te van a cambiar.
¡Gloria y loor, honra sin par
para el grande entre los grandes, Sarmiento inmortal!