Gabriel Guzmán: Argentino, maestro de Tango danza y Tango Historia, organizador de eventos, coleccionista de música, amante apasionado del Tango y su cultura.
Inquieto, activo, detallista, nostálgico y romántico, mezcla de ingredientes que dan como resultado una personalidad especial para su labor en el Tango.
Gabriel invierte muchísimas horas al día a investigar y perfeccionarse en diferentes áreas del Tango como son la danza, la música, su historia y su filosofía con el fin de dar forma a un ambicioso proyecto que viene gestando desde hace tiempo trabajándolo de manera muy artesanal. El desarrollo de un método didáctico y de novedoso abordaje para la transmisión combinada de todos los elementos que hacen al Tango es lo que hoy capta gran parte de sus energías.
Se encuentra en la búsqueda constante de un Tango suave y armónico, experimentando sensaciones difíciles de explicar, un Tango donde el caminar y las sutilezas cobran la mayor importancia, suscitando por tres minutos la experiencia única de sentirse mágicamente transportado hacia otro lugar, buscando volver a los orígenes donde el encanto de un Tango bien bailado se esconde en su compleja simplicidad.
Gabriel estudió varios años Ciencias Económicas para luego abandonar dicha carrera al darse cuenta que esa no era su vocación y que con el paso de los años iba sintiendo una inclinación cada vez mas fuerte hacia las Ciencias Sociales. Decidió entonces anudar todos sus sueños, ideales y compromiso social a su actual carrera Licenciatura en Trabajo Social y al amor y dedicada pasión que siente por el Tango donde pone todas sus fuerzas tratando de trasmitirlo no solo como baile sino como parte de nuestra identidad cultural.
Romina Kuncewicz: Argentina, amante del Tango danza y su cultura, dulce y apasionada tanto en la vida misma como en su relación con el Tango.
Romina, poseedora de una inteligencia cautivante, se graduó en la Universidad de Buenos Aires como Licenciada en Psicología mientras vivía un profundo romance con el Tango. Han pasado ya más de 10 años desde que tuvo su primer contacto con nuestra música ciudadana y a pesar de haber tenido algunos pequeños distanciamientos, desde el primer momento supo que quedaría para siempre sujeta a él y a su cultura. Y aún más se intensificó su relación cuando experimentó por primera vez la fusión de sensaciones únicas que provoca bailar al compás de un Tango en la pista de una milonga, desestructurando a partir de ese momento todo su alrededor y sintiendo que el Tango había llegado a su vida para no alejarse jamás.
Romina, de postura y caminar dulcemente elegantes, pretende un Tango suave y armónico, falto de la vorágine y velocidad de los tiempos de hoy en día, que se reflejan en el baile a través de movimientos bruscos y piernas voladoras. Su búsqueda en el baile apunta al logro de movimientos suaves y perfumados con un aroma de delicada simpleza que demuestren la profunda pasión que siente por el Tango.
Actualmente sus principales intereses están orientados hacia la búsqueda de una fusión entre sus dos pasiones, la Psicología y el Tango, intentando indagar, desde sus conocimientos en ambas áreas, en qué puntos cada una de ellas puede favorecer a la otra.
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